Al inicio de la Carrer del Sindicat, un señor con apariencia de tener pocos recursos que arrastraba una bicicleta quiso saludar a Sánchez y le pidió que ayude a las personas “pobres que están en la calle”. “Lo voy a hacer”, le prometió el candidato socialista, que fue respondido por el hombre diciéndole que eso "lo hace por los votos". Pero Sánchez le insistió en que lo va hacer “de verdad” y el señor, convencido, le pidió “a ver si es verdad”.

Tras esta conversación, el líder del PSOE se desplazó hasta una cafetería para tomarse un café y probó un trozo de ensaimada que le ofrecieron las dependientas pese a que, como una reconoció luego, no sabía ni quien era Sánchez. “Umm, qué bueno”, expresó Sánchez.

El candidato socialista no iba precisamente sólo por el paseo, sino que lo hacía acompañado de la presidenta de Baleares, Francina Armengol, y el candidato socialista de Mallorca al Congreso, así como una veintena de cámaras, fotógrafos, periodistas, y personas del partido

Tanto séquito llamó la atención a una pareja. Ella comentó que “va el chico a tomarse un café tranquilamente y le agobian de esa manera”. “Que se aguante, que es político”, le respondió su acompañante.

Al volver a la calle, Sánchez se acercó a un vendedor de cupones de la ONCE, que había dado el premio gordo hace 3 meses, y le pregunté qué tal estaba. El cuponero le trasladó que “a ver si arrasa” el próximo 20-D, mientras otro ciudadano gritaba metros adelante “viva el PSOE” varias veces, hasta que se le aproximó el líder socialista.

El secretario general del PSOE se paró en varios comercios y tiendas, se hizo algunas fotos, repartió besos y estrechó manos durante el paseo de casi media hora que hizo por Palma y que concluyó en la Plaza Mayor.

Antes de finalizar el paseo el líder socialista mantuvo una breve conversación informal con varios de los periodistas que le acompañaban y recordó que el PSOE y el PP son “como el agua y el aceite” y que el “cambio” sólo llegará si el PSOE logra “un voto más que el PP”.