Este dato lo ha facilitado hoy el profesor de Análisis Económico de la Universidad de Valencia, Francisco Goerlich, en una reunión de especialistas en demografía que analiza las transformaciones experimentadas por la población española en los últimos años.

Durante la reunión, organizada por la Fundación BBVA, Goerlich destacó que las costas y los valles atraen contingentes crecientes de población, tanto en términos absolutos como relativos, y que se trata de un proceso que no muestra síntomas de agotamiento.

En términos de territorio, estas zonas apenas representan el 15 por ciento de la superficie total de España. En el extremo opuesto, las zonas altimétricas por encima de los 1.000 metros acogen a un 1,5 por ciento de la población

Goerlich destacó también la importancia de la capitalidad como factor de aglomeración, a pesar de que muchas de estas ciudades se encuentran en el interior o la montaña.

Desde el año 1900 las capitales han cuadruplicado su población en términos absolutos, mientras que el porcentaje de la población total que reside en ellas ha pasado del 17,3 al 34,1.

Por su parte, Rafael Puyol, catedrático de Geografía e Historia y ex rector de la Universidad Complutense de Madrid, subrayó el proceso de estancamiento y envejecimiento experimentado por la población activa española en las últimas décadas.

Según los datos del INE aportados por Puyol, entre 1995 y 2005 se ha reducido en 1,5 millones el número de jóvenes en edades comprendidas entre los 16 y los 29 años, mientras que el número de personas entre los 30 y los 64 años se ha incrementado en 1,9 millones.

Puyol añadió que hasta 2020 se registrará una reducción de la población en edad de trabajar de más de un millón de personas y un cambio en la composición por edades de esta población: mientras en 2005 las personas entre 16 y 39 años representaban casi el 57%, en 2020 el peso de este colectivo apenas superará el 40 por ciento del total de los españoles.