20-D. Rajoy confiesa por primera vez que esperaba ser el sucesor de Aznar en 2003

- Reconoce que al principio de esta legislatura se explicó "mal" o no se explicó porque estaba concentrado en resolver "el follón" de la crisis

MADRID
SERVIMEDIA

El presidente del Gobierno y candidato del PP a la reelección, Mariano Rajoy, confesó este miércoles que se esperaba ser el elegido de José María Aznar para sucederle como líder popular en el año 2003 frente a Rodrigo Rato y Jaime Mayor Oreja.

Fue en el programa ‘En la tuya o en la mía’ de TVE con Bertín Osborne en el que Rajoy dejó ver su perfil más personal en vísperas de que en la madrugada de este viernes arranque la campaña para las elecciones generales del 20 de diciembre.

“Nos citó a las personas que sonábamos y nos lo dijo a todos a la vez, debe ser tal y os pido que le apoyéis”, explicó Rajoy para recordar que días después “hubo una votación secreta” en la Junta Directiva Nacional del PP en la que fue refrendado y que “todo el mundo estuvo de acuerdo”.

¿Se esperaba ser el sucesor? “Sí”, confesó Rajoy, que no nombró en ningún momento ni a Rato ni a Mayor Oreja tras unos segundos de silencio. "Tantos años después" no tuvo reparos en reconocer que "la verdad es que sí” confiaba en ser el escogido por Aznar.

El líder popular contó que conoce a Aznar desde “hace mil años” y recordó que entró en el PP “antes” que él, pero no antes que Ana Botella. “Siempre nos hemos llevado bien, aunque la gente dice que no nos llevamos muy bien”, aseguró para apuntar que “coincidir al 100% con alguien es sospechoso”.

SUÁREZ, GONZÁLEZ, ZAPATERO

Sin embargo, aunque en ningún momento dejó de medir sus palabras, dedicó más elogios a los expresidentes socialistas y al expresidente Adolfo Suárez, de quien dijo tiene “una opinión magnífica”. Tuvo claro que iba a ganar las elecciones tras el famoso “puedo prometer y prometo”.

De Felipe González reconoció que es “un tipo que está muy bien”, “constructivo”, “con el que da gusto hablar” y del que, “aunque sigue siendo socialista”, tiene “muy buena opinión”. “En las grandes decisiones la gente no se equivoca y, en 1982, lo lógico era que ganara Felipe González”, admitió.

Rajoy, que reconoció que “materialmente” se vive “muy bien” en el Palacio de la Moncloa aunque promueve “cierta tendencia al aislamiento”, aseguró sobre otro de sus inquilinos, José Luis Rodríguez Zapatero, que se lleva “muy bien” con él. No dudó en contar que sacaba “muy buenas notas”. Lo vio él mismo en el cuaderno del colegio de su hermano pequeño, con el que compartió clase durante los diez años que la familia de Rajoy vivió en León.

Rajoy, que aseguró que su compañera de partido Esperanza Aguirre es “un personaje” con el que se lleva “bien” aunque ha tenido “alguna cosilla”, subrayó también que Alfredo Pérez Rubalcaba “se portó como un señor” con motivo de la abdicación del rey Juan Carlos en "los meses" que se preparó en 2014. “En España quedó demostrado que las instituciones funcionaban y muy bien y que el Rey demostró lo que era, un extraordinario estadista”, afirmó.

En este sentido, reconoció que no le importa si alguno de sus dos hijos, Mariano, de 16 años, o Juan, de 10, “le sale del PSOE”. “Peor era que me saliera de un equipo de fútbol contrario y lo peor es que te saliera mala gente”, bromeó el futbolero seguidor del Pontevedra, el Deportivo y el Real Madrid, pese a que luego jugó una partida de futbolín con los colores del Barça.

AUTOCRÍTICA

Durante hora y media de programa en la que conversó con Bertín Osborne, dio muestras de que la cocina no se la “trabaja” porque, “en Galicia quien cocina bien son las mujeres”. Al igual que el presentador, no supo encender una vitrocerámica, aunque se definió como “un crack abriendo latas” y ganó por goleada al futbolín, pero también tuvo tiempo de hacer autocrítica por su política de comunicación en los primeros años de legislatura.

“No me explicaba nada y estaba concentrado en cómo resuelvo este follón, me expliqué muy mal, quizá ni me expliqué, pero no se acierta siempre”, admitió para reconocer que estaba “tensionado” y concentrado en resolver “el follón” del déficit con Bruselas.

Rajoy, sin corbata, se quitó la chaqueta nada más llegar, contó sus rutinas en el Palacio de la Moncloa. Se levanta a las 7 de la mañana, hace 40 minutos de cinta porque su deporte es “caminar a toda velocidad” y, después, desayuna con sus hijos.

“A las 8. 20 u 8.21 estoy en el despacho y a las 21 horas ceno con mis hijos”, aseguró para reconocer que trabaja exactamente “12.40 minutos al día”, aunque siempre tiene el teléfono al lado.

El jefe del Ejecutivo confesó que lo mejor que tiene la política” es conocer el país e hizo un repaso por sus “pateos” por muchos de los pueblos de España para reivindicar que, sobre el desafío soberanista en Cataluña, no ha cedido en lo que no puede ceder, en la defensa de la unidad de España y que, para eso, no son necesarios “berridos”, “gritos” y “broncas”.

SU FAMILIA

En su faceta familiar, contó que conoció a su mujer, Elvira Rodríguez, ‘Viri’, en un pub de Pontevedra cuando tenía 37 años. “No he sido de muchas novias, he sido de lo que me dejaban”, bromeó para señalar que se casó a los 42 el día de los Santos Inocentes.

“Tuve que dar algunos argumentos y razones para conquistarla, uno se bandea como puede en las circunstancias más pintorescas y acerté, no siempre acierto pero en ese tema acerté y creo que la oposición podría decir que es la excepción que confirma la regla”, ironizó.

Además, Rajoy habló, con prudencia, de su familia. Primero, de su padre Mariano, de 94 años, que vive con ellos en el Palacio de la Moncloa, y de quien aprendió a “ser tolerante” y “a convencer” y “ser buena persona”. De su madre, que falleció a los 61 años y que le hubiera gustado que le viera como presidente del Gobierno y de sus dos hermanos y su hermana. Tuvo un recuerdo especial para su hermano Luis que, "contra natura", falleció el año pasado el día del cumpleaños de Rajoy.

El presidente del Gobierno habló de su infancia y de cómo, cuando se convirtió en el registrador de la propiedad más joven de España tuvo un accidente de coche "por dormir dos horas" en el que estuvo a punto de morir y que le llevó a dejarse barba. También recordó su accidente de helicóptero junto a Aguirre y que no ha vuelto a subirse en uno.

En ambas ocasiones le tocó una lotería que no le tocó en 1987, cuando siendo registrador de la propiedad en Santa Pola sus compañeros se olvidaron de guardarle un décimo del Gordo que tocó con 25 millones de pesetas "de las de entonces". No fue su caso el de los anuncios de Navidad.

El presentador Bertín Osborne le recomendó jugar al cupón de la ONCE, lo que el jefe del Ejecutivo aprovechó para destacar que el presidente de la ONCE, Miguel Carballeda, es gallego como él, de Pontevedra, y para elogiar que en esta organización hacen "cosas muy importantes que no se conocen" del todo.

(SERVIMEDIA)
03 Dic 2015
IRG/pai