Todas ellas, junto a Clara Serra, responsable de Igualdad de Podemos; la eurodiputada Tania González; la candidata al Congreso de los Diputados por Madrid Tania Sánchez, entre otras, participaron en un acto para reclamar “un país con nosotras” y poner en valor la visibilidad de las mujeres en las instituciones.

Ada Colau subrayó que las mujeres han estado “siempre” en política aunque no se las viera, y puso como ejemplo la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), de la que ella procede y que “no existiría” si no fuera por las mujeres militantes. El reto, dijo, es llenar los espacios de decisión y cambiar las formas de hacer política para reducir el modelo “ordeno y mando” y basarla más en la cooperación que en la competencia.

Alertó de que queda mucho por hacer porque los cambios reales hay que hacerlos en todos los ámbitos de forma conjunta, pero subrayó que desde las instituciones las mujeres van “desmontando el imaginario” basado en el patriarcado. Animó para ello a pelear “con toda la fuerza” para las elecciones del 20 de diciembre frente a quienes no quieren soltar el poder, y se refirió tanto a los “viejos de verdad”, PP y PSOE, como a los “viejos que se disfrazan de nuevos”, en referencia a Ciudadanos.

Mónica Oltra denunció que las mujeres siguen siendo vistas “como intrusas” en determinados terrenos, como la política, y puso como ejemplo el hecho de que ella no pudiera ser presidenta de la Generalitat Valenciana pese a que la mayoría de los diputados de Podem y de Compromís la preferían frente al socialista Ximo Puig.

Oltra pidió no caer en el error de pensar que las mujeres, por el mero hecho de serlo, pueden feminizar la política, y en ese sentido subrayó que 24 años de Rita Barberá “no feminizaron Valencia”, mientras que hay hombres que pueden hacerlo. De hecho, recuperó la afirmación de quienes decían que Valencia necesitaba “una madre”, en referencia a Joan Ribó, después de esos años de “padrastro”.

Victoria Rosell subrayó que las mujeres son “muy dadas a dar pasos atrás” y tienen que decidirse a dar “pasos adelante”. En España, y particularmente en el mundo de la judicatura, del que ella procede, hay “cosas muy casposas que hay que cambiar como sea”.

Rita Maestre denunció también el hecho de que las mujeres, incluso cuando ejercen cargos de responsabilidad y han sido elegidas democráticamente, sigan siendo juzgadas por cómo visten, por cómo van maquilladas o por cómo es su carácter. A modo de ejemplo recordó cómo su intervención durante un pleno municipal sobre el IBI fue aderezada por un medio de comunicación con un comentario sobre el color de la tira del sujetador.