La cifra total asciende a 26 millones de menores de 18 años. Los porcentajes más elevados de riesgo de pobreza y de exclusión social corresponden a Rumanía (51%), Bulgaria (45,2%) y Hungría (41,4%), en tanto que los más bajos están en Dinamarca (14,5%), Finlandia (15,6%) y Suecia (16,7%). Los datos, relativos a 2014, indican que España es el octavo país de la UE con mayor porcentaje (35,8%).

Además, la Eurocámara indicó en un comunicado que “la desnutrición también es un problema creciente en Europa”, puesto que, según Unicef, en Estonia, Grecia e Italia se ha duplicado desde 2008 el porcentaje de niños que no puede permitirse comer carne, pollo o pescado (o su equivalente vegetariano) una vez cada dos días.

“La pobreza no es sólo una cuestión de dinero. Además de la imposibilidad de subvenir a necesidades básicas de los niños como los alimentos, la ropa y la vivienda, la pobreza también está vinculada con la exclusión social y la falta de acceso a la sanidad y la educación de calidad. Los niños que viven con sólo uno de sus progenitores, sobre todo madres solteras, se ven más amenazados por la pobreza”, señaló.

Los eurodiputados debatirán el próximo lunes y votarán el martes un informe que pide a los Estados de la UE que coloquen a los niños entre sus prioridades políticas. La eurodiputada portuguesa del grupo de Izquierda Unitaria Inés Cristina Zuber, ponente parlamentaria de este informe, afirmó que "las políticas de austeridad crearon esta situación que va a peor".

Zuber defendió que los países de la UE deben garantizar "el acceso a la educación, la sanidad y los servicios de la seguridad social a los niños y a sus familias", e hizo hincapié en la necesidad de "combatir el desempleo, impulsar la seguridad laboral y las redes sociales educativas para los padres, y una alimentación equilibrada y una vivienda adecuada".