En el acto, donde los niños participantes de cada uno de los distritos madrileños fueron tomando la palabra sucesivamente desde el estrado del pleno municipal, los temas más recurrentes que plantearon los oradores fueron la contaminación, la limpieza y la accesibilidad para las personas con discapacidad, siempre desde una perspectiva de barrio.

Sólo al final, tres de los pequeños concejales por un día llevaron al pleno la reciente polémica que han generado algunos de sus mayores poniendo en entredicho que el belén que acogerá este año el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento, tenga sólo ocho metros cuadrados en lugar de los 50 por los que se extendía el del año pasado.

“Es una tradición de España y nosostros somos españoles. Me da pena que se pierda la tradición, y que los belenes tengan menos figuritas”, protestó uno de los pequeños. “Es una tradición y se tiene que conservar”, incidió otro.

La alcaldesa, Manuela Carmena, contestó expresamente a esta cuestión en la réplica que dio al final del pleno a sus pequeños interpelantes. “Hay que mantener las tradiciones pero también innovarlas”, les aleccionó.

Sin embargo, el argumento más demoledor lo reservó para al final, cuando subrayó que en la Feria Internacional que estrenará el Ayuntamiento este año más de 50 países expondrán cómo celebran cada uno la Navidad, y en México, por ejemplo, se hacen belenes de chocolate.