Haití. Unos 2,5 millones de haitianos tienen problemas para comer
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Alrededor de 2,5 millones ciudadanos de Haití, es decir, una cuarta parte de la población del país, tienen dificultades para alimentarse, de los cuales un millón necesitan con urgencia comida y asistencia no alimentaria, cuando ha transcurrido un mes y medio del terremoto que asoló parte de este país caribeño.
Así lo aseguran la Coordinación Nacional para la Seguridad Alimentaria (CNSA) de Haití y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, según sus siglas en inglés), en su último balance tras el seísmo del pasado 12 de enero.
Ambos organismos señalaron que la actual situación de seguridad alimentaria, deteriorada rápidamente después del temblor de tierra, ha mejorado recientemente por el suministro de alimentos de emergencia y de ayuda no alimentaria, el incremento de las remesas y el programa de la ONU de "dinero por trabajo".
No obstante, precisaron que 2,5 millones de haitianos padecen inseguridad alimentaria, mientras que el resto de las personas afectadas por el terremoto necesitan asistencia a más largo plazo para abordar la pobreza crónica y la falta de alimentos.
La CNSA y la Usaid subrayaron que la mayoría de la población de Haití que pasa hambre reside en el área metropolitana de Puerto Príncipe y en las zonas montañosas aisladas y degradadas de todos los departamentos del país.
Aseguraron que la disponibilidad de existencias comerciales locales de alimentos básicos es "buena" en el área metropolitana de Puerto Príncipe; más con la distribución humanitaria a gran escala de unas 10.000 toneladas de arroz durante las últimas semanas.
Sin embargo, consideraron "insuficiente" la oferta comercial de los alimentos importados, como el arroz, lo cual podría crear escasez y subidas de precios en los próximos meses, agravado por el hecho de que la temporada de lluvias, que comenzará en marzo, aporta cerca del 60% de la producción agrícola nacional y un 45% de las necesidades de alimentos para los haitianos.
Por otro lado, la CNSA y la Usaid subrayaron que el habitual periodo de hambre en las zonas rurales, que se suele producir en abril o mayo, podría adelantarse este año debido a los efectos del terremoto.
No obstante, afirmaron que la cosecha de junio y julio mejorará significativamente la disponibilidad de alimentos y los precios podrían bajar, aunque esto dependerá de los precios internacionales y de la ayuda alimentaria internacional.
(SERVIMEDIA)
27 Feb 2010
MGR/caa