Munté, también diputada electa de Junts pel Sí, habló sin embargo como portavoz del Gobierno catalán en funciones tras la reunión del Consejo Ejecutivo de este martes. Pese a las preguntas insistentes de los periodistas, negó que su grupo parlamentario haya cambiado de estrategia al pedir ahora respeto al marco europeo y diálogo con el Estado, después de presentar y aprobar con la CUP una resolución de desconexión legal y desobediencia.

La vicepresidenta se reafirmó en que las elecciones dieron “toda la legitimidad para iniciar el proceso hacia la independencia”, pero no entró a confirmar ni desmentir si, como dijo hoy su predecesor en la portavocía, Francesc Homs, no la hay para culminar el proceso.

Por lo demás, aseguró que “voluntad de diálogo y negociación” la ha tenido siempre el Gobierno catalán, pero al mismo tiempo señaló que “nada de la hoja de ruta queda anulado” ni tampoco es “papel mojado” la resolución aprobada en el Parlamento catalán entre ambos grupos independentistas.

Según dijo, la oferta del presidente en funciones y candidato a la investidura, Artur Mas, de un gobierno con tres vicepresidentes y una moción de confianza en junio, fue el “movimiento” para allanar la investidura. “Esperamos ahora el movimiento por parte de la CUP”, emplazó desde la sede del Gobierno catalán. Por último, Munté limitó a reflexión personal y por tanto no entró a comentar el artículo del consejero de Economía, Andreu Mas-Colell, en el que decía preferir elecciones anticipadas que someterse a la voluntad de la CUP.