En su intervención en el segundo debate de investidura, Rabell lamentó el “choque institucional” al que aboca la suspensión por el Tribunal Constitucional de la resolución de inicio del proceso de secesión y el empeño del Gobierno catalán en seguir adelante, y avisó de que “esto no nos lleva a la república catalana”.

Según denunció, esta porfía de los independentistas no busca las complicidades necesarias en los españoles dispuestos a admitir el derecho a decidir de Cataluña y, al contrario, beneficia la campaña electoral para las generales de los candidatos del PP y Ciudadanos, Mariano Rajoy y Albert Rivera.

Rabell advirtió también de que la desobediencia, que justificó en términos generales como instrumento democrático, obliga a “estar dispuesto a asumirla con todas las consecuencias”, y dudó de que el Gobierno catalán pueda hacerlo, pues “no hay mayoría social para la desconexión” ni “mandato democrático para la ruptura institucional”.