En su segundo turno en el debate de investidura, Baños se reafirmó en esta negativa pese a que Mas contestó a las tres grandes razones en las que la fundamentó y se mostró convencido de que hay “margen de encuentro” con esa formación.

Mas rechazó que se le critique su gestión autonómica dado que se trata de superar esa fase, negó personalismo recordando que se comprometió a retirarse de la vida política al fin de esta legislatura constituyente, y se presentó como adalid de las políticas sociales.

Pero Baños, que insistió en la decisión de la CUP; también quiso refrendar su compromiso con el proceso independentista: “No nos moveremos de esta Cámara aunque lo inhabiliten, ¿verdad?”, espetó a los diputados de Junts pel Sí, obteniendo su aprobación. Mas y Baños incluso bromearon con la posibilidad de reunir a los 72 diputados de ambos grupos para elegir al presidente. Mas se mostró dispuesto a la idea, siempre que el voto fuera secreto, pero Baños se refería, no a una votación, sino a una asamblea como las de la CUP, que llegara a un candidato de consenso.