Rivera contestó así a las insistentes preguntas que se le formularon en el Foro Abc-Deloitte sobre si después de las elecciones generales apoyará la investidura del presidente del Gobierno y candidato del PP, Mariano Rajoy, o la del secretario general y aspirante del PSOE, Pedro Sánchez.

El líder de C’s reiteró su conocida tesis de que ha de gobernar quien obtenga la mayoría parlamentaria, especialmente en una situación en la que tres o cuatro partidos podrían estar muy cerca en número de votos, y en las que indefectiblemente habrá que buscar acuerdos para sacar adelante las iniciativas legislativas.

Así, negó que vaya a traicionar a una parte de sus votantes, que lo hagan, hipotéticamente, pensando que Ciudadanos va a apoyar a un determinado partido. “No creo que sea clavársela a nadie si llegamos a acuerdos puntuales con partidos constitucionalistas”, enfatizó, a la par que reiteró su rechazo total a pactar con partidos que no lo sean.

No obstante, para evitar malentendidos, Rivera planteó malévolamente una tesitura: “A quien le guste Rajoy, su valentía, su liderazgo, su innovación, sus ganas de luchar contra la corrupción, que vote a Rajoy”. Por el contrario, a quien le prefiera a él como presidente, le sugirió que le vote a él.

“No podemos hacer de trileros”, desaconsejó a los votantes, recordando que “por primera vez hay opciones” alternativas al bipartidismo. “Quien quiera a Rajoy, que vote a Rajoy”, insistió.

A preguntas posteriores situó a Ciudadanos en el centro político justo, 50 entre 100, se declaró “harto de que se etiquete a la gente, como si no pensáramos, como si no tuviéramos una mente crítica”, y se vio perfectamente capaz de rodearse de 10 ó 12 buenos ministros pese a la escasez de cuadros que tiene un partido que este mismo año ha iniciado su expansión nacional.

En cualquier caso, citando expresamente los momentos en que Adolfo Suárez y Felipe González accedieron al poder, reflexionó: “Seguramente nunca nadie que haya llegado al Gobierno (por primera vez) estaba preparado para gobernar”.