Así lo señaló Soria en declaraciones a los periodistas antes de intervenir en la V Edición de la Conferencia Global Power&Utilities de KPMG, después de conocerse que el grupo automovilísito alemán tuvo unas pérdidas de 1.731 millones en el tercer trimestre del año por primera vez en 15 años.

“Es normal que haya tenido un impacto en las cuentas la crisis que se ha producido como consecuencia de la adulteración del software que mide las emisiones”, apuntó Soria, quien indicó que el Gobierno respalda “con todas las herramientas que tenemos en nuestra mano” el programa de inversiones previsto por Volkswagen en España.

Para garantizar estas inversiones, tanto en la fábrica de Navarra como en la de Martorell (Barcelona), en las que se impulsarán los nuevos modelos del Volkswagen Polo y el Seat Ibiza y Seat León, Soria indicó que “le hemos puesto por escrito el compromiso de las ayudas del Ministerio de Industria y otros departamentos”.

El ministro explicó que estas ayudas se dirigen a apoyar la innovación que llevan incorporados los nuevos modelos previstos por el grupo con el objetivo de “garantizar la actividad económica, la inversión y el empleo”.

Preguntado por los resultados de Seat, que obtuvo un beneficio operativo de 12 millones hasta septiembre frente a las pérdidas de 82 millones del mismo periodo de 2014, Soria recordó que aunque es una marca española incluida dentro del Grupo Volkswagen, las ventas de automóviles en España entre enero y septiembre crecieron un 23%.

Este porcentaje supone “algo más del doble del incremento de las ventas que está habiendo en los mercados europeos”, valoró Soria, quien destacó que el mercado español registra un comportamiento “extraordinario”, así como la evolución de las exportaciones de los vehículos fabricados en España.

En cuanto a la posición de España respecto al reglamento sobre emisiones reales que elabora la Unión Europea, detalló que en la reunión técnica de este miércoles se estudia la posibilidad de llegar a un acuerdo.

El titular de Industria indicó que “queremos compatibilizar el liderazgo de la UE en relación a la limitación de emisiones en todo el planeta” pero con la posibilidad de que en Europa haya industria fuerte en el sector de la automoción.

Además, apuntó que el posicionamiento de España es que no haya “ningún tipo de efecto” en la industria de los motores diésel en Europa al ser un “elemento diferenciado” de la industria de automoción en Estados Unidos en la que priman los de gasolina.