Catalá, que fue recibido por un grupo de funcionarios que protestaban por las “deficiencias” de la nueva Audiencia, insistió en que debía ser una “jornada de alegría” para todos y destacó que la zona construida supera en un 56% la superficie de la sede anterior.

Al acto solemne acudieron los jueces y magistrados de la Audiencia, el Fiscal jefe y varios de sus fiscales, funcionarios y el exministro de Justicia Alberto Ruiz Gallardón, al que Catalá agradeció su labor y los pasos dados para renovación de la sede.

Entre otras ventajas que citó, insistió en que el diseño del edificio permite que el encausado y sus víctimas o los agentes de las Fuerzas de Seguridad del Estado no tengan que verse las caras por los pasillos, acabando así con situaciones en las que los policías “tenían que disfrazarse literalmente” para no ser reconocidos por los imputados.

Explicó que el nuevo edificio tiene vocación de conectar con la ciudadanía y, en ese sentido, destacó que el aumento de superficie útil de trabajo no se ha hecho a costa del parque que se sitúa entre la Audiencia y el Tribunal Supremo, “tan apreciado por los vecinos”.

Aventuró que ya no se repetirán escenas de desplazamiento de “imputados esposados por la calle” por la imposibilidad de que los furgones policiales entren hasta el interior de los juzgados.

Asimismo, insistió en que el reto de su departamento en los próximos meses es la implantación de un modelo de tramitación digital a partir del 1 de enero próximo y lograr una “justicia sin papeles”, que los sindicatos ven irrealizable.