Lo especificó el responsable de Economía de Podemos, Ignacio Álvarez, en la rueda de prensa de presentación del Consejo Internacional de Economía de la formación, en la que también participaron el secretario general, Pablo Iglesias, y tres de los integrantes de ese comité asesor: Nuria Alonso, Vicenç Navarro y James Galbraith.

Con ese programa electoral, aseguró Iglesias, Podemos demostrará su “voluntad clara” de ganar las elecciones y de cambiar el país. Frente a quienes siguen defendiendo recetas “fracasadas” como si fueran la única opción, aseguró que “el fracaso es el fracaso” y hay que aparcar medidas que generan sufrimiento, son éticamente rechazables y “profundamente ineficaces” desde el punto de vista económico.

Esas cifras, añadió, tienen que servir para “convencer”, no para rebatir a nadie en un debate, tampoco al líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que le dijo que su propuesta costaba 115.000 millones. Cuando esas cifras centran el debate, dijo, “caemos en lo más abyecto de la vieja política”, y la pretensión de Podemos no es ganar a nadie sino “que el país sea mejor”.

El objetivo del plan de renta garantizada, explicó Álvarez, es “eliminar la pobreza monetaria” y que no haya en España ninguna persona o familia por debajo del umbral que la marca. Para ello, se complementarían los ingresos de quienes no superen los 600, y de los trabajadores cuyo salario no llegue a los 900.

La medida iría acompañada de otras, como la subida del Salario Mínimo Interprofesional o de desincentivos para la contratación temporal, pero todo ello pensando en que el programa electoral tiene que ser susceptible de ser aplicado “desde el día uno en caso de estar en el Gobierno”.

DESIGUALDAD Y AUSTERIDAD

Podemos tiene aún pendiente perfilar su programa electoral y será entonces cuando presente las propuestas concretas, pero Álvarez definió los ejes que centran el trabajo en el ámbito económico: terminar con la austeridad y permitir que la reducción del déficit sea mucho más paulatina; fortalecer la política social para que nadie se quede “descolgado” de la recuperación; y reformas estructurales que siguen pendientes, como la fiscal, la laboral o la energética, además de la creación de una banca pública y de medidas que permitan reestructurar la deuda, tanto la pública como la privada.

La desigualdad y la austeridad son, en opinión de Galbraith, los dos grandes problemas de la economía actual, también la española, y frente al “dogma imperante” del neoliberalismo defendió las alternativas que han dado resultados donde se han implementado.

Vicenç Navarro denunció que se persiste en políticas equivocadas porque benefician a determinados sectores. Es una de las consecuencias, dijo, de una desigualdad que concentra el poder económico en pocas manos muy vinculadas al poder político que toma las decisiones.

Destacó que España está en el promedio de PIB per cápita de la UE a quince, pero su gasto público social es solo del 68% de ese promedio. Se podrían crear cinco millones de empleos, aseguró, haciendo que los trabajadores vinculados a prestación de servicios sociales crecieran de la ratio actual, uno de cada diez, a la de Suecia, uno de cada cuatro. En España, añadió, un “superrico” paga el 5% de lo que pagaría en Suecia, y esa equiparación reportaría unos 150.000 millones a las arcas públicas.

Nuria Alonso hizo hincapié en la necesidad de superar la desigualdad de género, ya que es la mayor de las existentes, y como muestra expuso cifras de pobreza entre las mujeres y de cómo han sido las mujeres las más perjudicadas por la crisis y por los recortes.