Rajoy asistió a la última sesión de control al Ejecutivo en la Cámara Baja, donde respondió tres preguntas de Emilio Olabarría, de Rosa Díez y de Pedro Sánchez, antes de que la semana que viene disuelva oficialmente las Cortes Generales y convoque elecciones generales para el 20 de diciembre.

Al concluir las contestaciones, los diputados del Grupo Parlamentario Popular iniciaron un aplauso cerrado que acabó convertido en ovación cuando se pusieron todos en pie a modo de homenaje tras cuatro años de legislatura, en los que el presidente dijo previamente haber sacado a España de la crisis. Rajoy se dio la vuelta para agradecer el gesto de cariño de sus diputados, a los que respondió con un brazo en alto como los toreros.

El PSOE se mofó de la sobreactuación de los parlamentarios que sustentan al Gobierno, hasta el punto de que el portavoz socialista, Antonio Hernando, afirmó en su pregunta a Soraya Sáenz de Santamaría que "hay aplausos que suenan a marcha fúnebre", dado que espera que el PP pierda las elecciones generales y Pedro Sánchez le suceda al frente de La Moncloa.

Rajoy salió del Hemiciclo acompañado del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, con quien posó ante los medios gráficos.

El jefe del Ejecutivo abandonó rápidamente el pasillo principal del Palacio de la Cámara Baja sin responder a las preguntas de los periodistas, que le interrogaban sobre el pacto de izquierdas fraguado en Portugal para arrebatar el poder a los conservadores, sobre el cansancio declarado del líder de Podemos y sobre si volverá como presidente después de las elecciones generales.

Rajoy se subió al coche oficial en el patio del Congreso después de posar nuevamente para los fotógragos en su última sesión de control al Gobierno. Dijo tener prisa porque hoy y mañana se celebra en Madrid el Congreso del Partido Popular Europeo, en el que es anfitrión ante dirigentes internacionales como Angela Merkel, Jean Claude Juncker y Nicolas Sarkozy.