Según informó Exteriores, la destrucción de los patrimonios históricos en Siria e Iraq, “que también lo son de la humanidad en su conjunto”, pone de manifiesto “claramente” que la lucha contra el EI es la “lucha de la cultura contra la ignorancia, de la convivencia contra el odio, del conocimiento que construye contra el fanatismo que destruye”.

Por esa razón, el Ejecutivo aseveró que “la pretensión de los terroristas de borrar la historia será vana”, ya que serán ellos los que “desaparecerán pronto sin dejar aportación alguna a la historia de la humanidad”.

A su vez, el Gobierno suscribió las palabras sobre este “acto criminal” de la directora general de la Unesco, Irina Bokova, al tiempo que mostró su confianza en que los autores de esa destrucción sean juzgados y castigados.

Palmira, ciudad histórica siria, cayó bajo el dominio del EI el pasado día 21 de mayo. Desde ese momento, a la secuencia de crímenes contra la humanidad se ha sumado la destrucción de lugares y obras de arte de valor.

Entre ellas, el Arco del Triunfo de Palmira, una construcción de 2.000 años de antigüedad que se localiza en la entrada de la calle de columnatas de dicho recinto histórico.