En una entrevista a Catalunya Radio, recogida por Servimedia, Mas respondió así a la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña de imputarle por el referéndum ilegal del año pasado y que definió como "el mayor acto de desobediencia que ha hecho Cataluña ante el Estado español".

"Me confieso democráticamente rebelde ante el Estado para no dejarnos poner las urnas", dijo frente a la querella que presentó la Fiscalía y que ha motivado su imputación. A su juicio, esa actuación es "la reacción de un Estado herido en el orgullo, rabioso, torpe que hará todo lo posible para cargarse" al presidente de la Generalitat.

Sobre el hecho de que su comparecencia el 15 de octubre coincida con la fecha del fusilamiento del expresidente catalán Lluís Companys, Mas afirmó que no tiene "vocación de mártir ni héroe" y adujo que sólo pretende ser "un humilde servidor de este país", en referencia a Cataluña.

Insistió en que la consulta independentista del 9-N fue un acto de democracia y aseveró que las elecciones autonómicas del pasado domingo fueron el aval democrático de aquella consulta popular.

Pese a necesitar el apoyo de la CUP para ser reelegido presidente de la Generalitat durante otra legislatura, Mas confió en contar con los votos suficientes y señaló que "la minoira no puede bloquear el proyecto de la mayoría". "Si todo funciona debo ser investido presidente de la Generalitat", señaló.

Frente a los avisos de la CUP de que no investirá a Mas como presidente, el todavía responsable en funciones de la Generalitat culpó de todos los recortes que aprobó en su comunidad al Gobierno de España.

"Fueron los que impuso Madrid". "No admito que seamos el Gobierno de los recortes. Somos Gobierno que ha administrado los recortes del Gobierno español de la mejor manera que ha podido", sentenció. "Mientras dependamos de España, en muchos sentidos, las pasaremos flacas" por "el ahogo sistemático que nos ofrecía el Gobierno español".