Según informó la Policía, los arrestados, ambos de nacionalidad rumana, alteraban los cajeros automáticos mediante un dispositivo que bloqueaba la trampilla de salida del dinero, de forma que cuando los clientes efectuaban un reintegro los billetes quedaban retenidos.

Cuando las víctimas abandonaban el lugar, pensando que la operación había sido cancelada, los arrestados retiraban el dispositivo y se apoderaban del dinero. Con este procedimiento habrían logrado un botín de cerca de 19.000 euros. Además, ocasionaron unos daños por valor de más de 41.000 euros ya que, para retirar el “cepo” debían forzar el expendedor de billetes.

DINERO ENCAJADO

La investigación comenzó el pasado mes de abril, cuando se interpusieron varias denuncias en las que se daba cuenta de la colocación de dispositivos para la retención del efectivo -conocidos como “cepos” o “arpones”- en cajeros automáticos de diferentes puntos de España.

Fruto de las investigaciones realizadas, los agentes pudieron determinar el domicilio de uno de los detenidos. Provistos del oportuno mandamiento judicial, se procedió al registro de la vivienda, donde se intervino diverso material para la elaboración artesanal de cepos, así como útiles para la falsificación de tarjetas bancarias y diversas prendas de ropa que los autores vestían en el momento de la comisión de los hechos.

Los detenidos actuaban siempre empleando el mismo método. Aprovechaban la apertura de la trampilla del cajero tras realizar ellos mismos reintegros de dinero, todos ellos por un importe mínimo, y en ese momento colocaban el “cepo” o “arpón”, que quedaba encajado en el dispensador. Una vez instalado lograban la captura y retención del efectivo de los siguientes usuarios.