Según informó Exteriores, la guerra civil en Mozambique dejó como secuela muchas áreas del territorio sembradas de minas antipersonas, que han ocasionado millares de muertes y mutilaciones hasta muchos años después del fin de la guerra.

Por esa razón, el Gobierno reafirmó su compromiso con un mundo libre de minas antipersonas, del que es prueba la sustancial contribución de España al Fondo Fiduciario de Naciones Unidas para la Acción contra las Minas, que ha sobrepasado 10 millones de euros en los últimos cuatro años.