Dichos expertos han mantenido reuniones con especialistas en esta materia, con el fin de elaborar propuestas para prevenir trastornos psicológicos relacionados con la actividad laboral en empresas del sector privado.

El informe señala que “invertir en la salud debe considerarse como una obligación humana y no como una carga”, y subraya que en 2007 los trastornos psicológicos motivados por la actividad profesional fueron la primera causa de consulta médica por enfermedad laboral.

El documento propone dar a los trabajadores los medios para realizarse en el lugar de trabajo, restablecer el espacio para la autonomía y el debate y facilitar el recurso a un superior jerárquico o al responsable de recursos humanos más próximo cuando existan problemas entre un empleado y su jefe inmediatamente superior.

Sus autores consideran indispensable la implicación de los agentes sociales para establecer los riesgos psicosociales propios de cada profesión y difundir las buenas prácticas existentes para evitarlos.

También recomiendan que las empresas de más de 50 trabajadores elaboren planes anuales de actuación para la prevención de dichos riesgos, así como balances de los resultados obtenidos, y reclaman que los profesionales de salud e higiene en el trabajo reciban más formación sobre trastornos psicológicos.

Asimismo, el informe propone desarrollar una herramienta de evaluación que favorezca el cambio de actitud, por eso han invitado a las empresas a que desarrollen, con la colaboración de los sindicatos, métodos simples para determinar los riesgos psicosociales y hacer un seguimiento de su evolución.

Los autores del documento subrayan que todo proyecto para la reorganización de una empresa debe medir el impacto sobre sus trabajadores antes de ser emprendido.

Fillon ha acogido con satisfacción las propuestas y ha pedido a Éric Woerth, ministro de la Función Pública, que lance una iniciativa similar para el sector público.