"La crisis migratoria en curso está creando desafíos sin precedentes para los Estados europeos", ha escrito su secretario general, Thorbjørn Jagland, en una carta dirigida a los Estados miembros.

En su carta, reconoce que en esta crisis "se está pidiendo a una minoría de países que absorba a la mayoría de los refugiados”, lo que ha hace que la “solidaridad política esté siendo puesta a prueba”.

El secretario general ha reconocido la labor de los muchos funcionarios del Estado, los equipos fronterizos, policías y personal de inmigración, así como miles de voluntarios que trabajan en una "manera profesional y respetuosa" en la recepción de los desplazados. Además, insta a todos los líderes europeos a que ayuden a sus vecinos a satisfacer las necesidades inmediatas de los recién llegados.

"Cualquier persona que llega al territorio de los 47 Estados miembros del Consejo de Europa tiene derecho a los mismos derechos fundamentales que todos los demás", dijo Jagland, que insistió en que incluso en tiempos de llegadas masivas, no puede haber excepciones en la aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos, que prohíben los tratos inhumanos y degradantes.

"Muchos de los que llegan son solicitantes de asilo y sus solicitudes para permanecer en Europa serán aceptadas", por tanto resulta “contraproducente maltratar o degradar a cualquier miembro futuro de nuestras sociedades."

Jagland ha encargado, además, un análisis urgente de las deficiencias legales que impiden el enjuiciamiento de los traficantes de personas y un estudio para mejorar la cooperación judicial entre Europa y el sur del Mediterráneo. Asimismo, insta a todos los Estados miembros del Consejo de Europa para apoyar el Plan de Respuesta a Siria regional del Acnur.