Los trenes que se dirigían al centro de la capital desde la sierra madrileña, sobre todo los de Cercedilla y El Escorial, fueron desviados y en vez de llegar a Chamartín lo hicieron a la estación de Principe Pío.

Igulmente, las unidades con destino a la sierra únicamente partían de Príncipe Pío, excepto algunos trenes regionales que pudieron salir de Chamartín, con intervalos de una hora.

Estas medidas provocaron retrasos, sobre todo a primeras horas de la mañana, aunque todas las estaciones de cercanías mantuvieron el servicio de trenes, según la compañía ferroviaria.

Los técnicos de Renfe confiaban en que entre la una y las dos de la tarde quedara subsanada la avería, según las fuentes consultadas por Servmedia.

Los viajeros fueron advertidos de la avería y de las modificaciones del servicio a través de la megafonía de las diferentes estaciones y por la información de las diferentes emisoras de radio.

La compañía se puso en contacto con los responsables del Metro y la Empresa Municipal de Transportes (EMT), para que, en la medida de lo posible, ampliaran su servicio en la zona norte de Madrid y evitaran trastornos a los usuarios.