En declaraciones a los periodistas en la sede del Instituto Cervantes en Madrid, donde el ministro acudió a la presentación del Servicio Internacional de Evaluación de la Lengua Española (Siele), el ministro confesó que la situación en Cataluña le “preocupa”, ya la forma en que se han convocado las elecciones del próximo 27 de septiembre ha causado un “daño de difícil reparación”, puesto que se “ha fragmentado a la sociedad catalana” y los “catalanes con el resto de las Españas”.

En ese sentido, recomendó a los soberanistas “no tergiversar los hechos”, ya que “tan buenos catalanes son los independentistas como los que no lo son. El monopolio del patriotismo es una mala opción”.

Esto le sirvió para aseverar que la declaración unilateral de independencia de Cataluña “no es posible y, además, los que la promueven lo saben”, puesto que no sería reconocida por la ONU, quedaría “autoexcluida desde el minuto uno de la UE” y tendría una “situación económica atípica” al quedar fuera del FMI y de las líneas de liquidez del BCE. “Eso, para el catalán de a pie, el que se levanta todas las mañanas para trabajar, supondría perder un tercio de su bienestar”, sentenció.

Margallo sostuvo que la solución en Cataluña pasa por el diálogo y por desarrollar en dicha comunidad inversiones públicas, sin olvidar que “ha sido la primera comunidad autónoma en recepción de inversiones entre 1999 y 2015”, por defender y promover “la lengua vernácula” y cambiando el sistema de financiación.

“Ahora bien, es muy difícil que discutamos el estatuto de una comunidad de vecinos con alguien que quiere prender fuego al edificio”, exclamó. Por último, el ministro manifestó que “todos queremos lo mejor para Cataluña y lo mejor es seguir estando en España y en Europa”.