Esta es la conclusión de un estudio sobre la temperatura de productos refrigerados y congelados en los supermercados realizado por OCU en 63 establecimientos pertenecientes a distintas cadenas de supermercados, situados en seis ciudades (Barcelona, Gijón, Madrid, Palma de Mallorca, Sevilla y Valencia).

La organización ha comprobado termómetro en mano que en el 7% de los establecimientos los productos refrigerados se encontraban por encima de los 8 grados centígrados, que era la temperatura máxima permitida por la normativa actualmente derogada.

En el caso de los productos congelados, la situación es algo mejor, el 3% de los congelados no llegaba a los doce grados bajo cero, aunque un 44% de las verduras y un 56% de los pescados se encontraban por debajo de los 18 grados bajo cero.

OCU recuerda que una deficiente temperatura en el punto de venta, pone en peligro la cadena de frío. En el caso de los productos refrigerados temperaturas por encima de siete grados pueden acortar la caducidad de los productos, y en el de los congelados, si se rompe la cadena de frío afecta a la calidad del producto que pierde textura.

Los datos de este estudio son mejores de los obtenidos en 2011. De las siete cadenas visitadas, cinco mejoran los resultados de hace cuatro años (Hipercor, Alcampo, Carrefour, Día y El Corte Inglés), mientras que Mercadona y Eroski empeoran levemente su valoración.

RECOMENDACIONES

A pesar de los buenos resultados, OCU denunció que la mayoría de las normas que regulaban la temperatura de venta al público se han derogado. En su lugar se obliga a los distribuidores a seguir las instrucciones que da el fabricante, pero “estas no son homogéneas y difieren de unos productos a otros”. “En muchas ocasiones no responden a criterios técnicos sino a cuestiones de marketing”, advirtió.

Por ello, recomienda coger los alimentos refrigerados y congelados en último lugar, elegir los productos que estén más al fondo de la cámara, descartar los productos con escarcha o apelmazados e introducirlos en una bolsa con una fuente de frío dentro.

También aconseja guardar este tipo de productos deprisa en la nevera o el congelador para intentar reducir al mínimo el tiempo de que pasan sin refrigeración.