Un equipo móvil de la organización que opera en la zona de Idomeni se ha encargado del tratamiento de diez personas heridas por granadas de aturdimiento que les lanzaron las tropas macedonias. Éstas han impedido cruzar la frontera a más de 3.000 inmigrantes y refugiados de forma violenta, y utilizan gases lacrimógenos para dispersar a la multitud.

“Entre refugiados e inmigrantes cunde la sensación de miedo y frustración”, destacó MSF. Cuatro de los heridos por granada (uno de ellos también fue golpeado por el ejército) han tenido que ser trasladados un hospital. Los otros seis presentaban lesiones menos graves y fueron tratados en el acto.

Según Aurelie Ponthieu, asesora humanitaria de MSF sobre Poblaciones Desplazadas, "la violencia utilizada por las autoridades macedonias contra estas personas inocentes y vulnerables es indignante y debe cesar de inmediato".

"Las impactantes escenas de hoy son el resultado de unas medidas extremas que quieren evitar que las personas desesperadas que huyen de la violencia y de la guerra crucen fronteras, pero su cierre y el uso de la violencia no es una solución, sino que acaba provocando otra crisis humanitaria", indicó la organización.