En un comunicado, MSF apuntó que a falta de instalaciones adecuadas, la mayoría ha instalado tiendas en plazas y parques públicos de la ciudad o están durmiendo en los alrededores de la comisaría de policía. “Todos ellos llevan sin acceso a letrinas ni duchas desde que llegaron”, agregó.

Desde el pasado abril, las autoridades no les han proporcionado ningún tipo de alimento ni han habilitado ningún recinto para acogerlos “a pesar de que hay espacios de sobra”, añade.

Según MSF, "lo que antes era una situación de inacción del Estado es ahora una situación de abuso por su parte, ejercido por una policía que ha incrementado su política de mano dura contra personas vulnerables”. Además, indicó que la gran mayoría de la gente que llega son refugiados procedentes de Siria y Afganistán.

”Las autoridades de Kos han dejado claro que no tienen intención alguna de mejorar la situación de estas personas”, pues “creen que esto constituiría un efecto llamada”, agrega la ONG.

Sin embargo, “lo quieran ver o no, lo cierto es que huyen de la guerra y seguirán viniendo aquí, tanto si se las trata de detener como si no”, explicó Brice de le Vingne, director de Operaciones de MSF.

Finalmente, subrayó que ya han pasado ocho meses desde el primer llamamiento de MSF, y ni Grecia ni la UE “han hecho nada para organizar una recepción digna y humanitaria” de los migrantes y refugiados en las islas del Dodecaneso.