El tribunal ha reconocido en una sentencia hecha pública este jueves al padre como autor de un delito de abuso sexual continuado y de agresión sexual continuado.

Junto a las penas privativas de libertad, el acusado ha sido condenado a la prohibición de acercarse en un radio de 200 metros de sus hijas, así como el ejercicio de la patria potestad durante diez años.

No obstante, la Audiencia Provincial ha absuelto a Ángel Abelardo C. B. de los delitos de amenazas continuadas y de violencia habitual dentro del ámbito familiar.

En el juicio, que se realizó el pasado 26 de enero, el Ministerio Fiscal solicitó 26 años de prisión: diez por abuso sexual, catorce por violación continuada y dos por maltrato a su mujer.

En dicha vista los forenses ya señalaron que en la exploración se “evidencia” una relación sexual “anormal a la edad, compatible con el tipo de agresión referida”. Además, las pruebas biológicas señalaron que habría restos de esperma correspondientes a su padre en la ropa interior de la menor.

HECHOS PROBADOS

Los jueces señalaron como hechos probados que a los pocos meses de llegar las hijas de Ángel Abelardo C.B., de nacionalidad ecuatoriana, a España desde su país de origen, el procesado comenzó a abusar sexualmente de una de sus hijas, entonces con siete u ocho años de edad.

Estos hechos se producen en reiteradas ocasiones en el domicilio familiar, sin que la madre tuviera conocimiento de ello ya que su hija nada le decía por temor al decirle su padre, el procesado, que si lo contaba iría él a la cárcel y ella iría a un internado. Dichos hechos se siguen produciendo tras el traslado de la familia a Zaragoza, en el domicilio familiar.

Los hechos saltaron a la luz el 20 de abril de 2008 cuando la esposa del condenado, Rosa Elena, oyó un ruido y se levantó, viendo a su hija de 12 años de edad que salía corriendo del salón hacia su habitación, llevando como vestimenta exclusivamente una camiseta. Cuando acudió a la sala de estar su marido se estaba subiendo los pantalones.

Al parecer, esa noche, como en numerosas ocasiones, su padre la despertó la cogió en brazos y la sacó de la habitación que comparte con su hermana de cuatro años, llevándole al sofá y violándola.

Esta situación provocó que la otra de las hermanas, de 18 años, que ha sido objeto de abusos sexuales bajo amenaza por parte de su padre, señalara que la dejó embarazada, aunque después de seis meses de gestación volvió a sufrir abusos sexuales que le provocaron el aborto.