El objetivo de la investigación, liderada por Peter Whorwell, de la Universidad de Manchester, era desarrollar un instrumento que permitiera identificar los trastornos del estado de ánimo sin necesidad de que los afectados los describieran verbalmente.

Para ello el equipo de investigadores diseñó una rueda compuesta por 4 tonalidades de ocho colores diferentes, en la que también se incluía el blanco y el negro, y se la mostraron a tres grupos de voluntarios.

El grupo formado por voluntarios sanos utilizaba en mayor medida el color amarillo para definir su estado de ánimo, mientras que los otros dos grupos, cuyos miembros eran personas con ansiedad y depresión eligieron principalmente el gris.

Asimismo, los participantes en el estudio seleccionaron tonos vivos para expresar su alegría, y pálidos cuando se encontraban tristes.