Lo dijo durante su comparecencia en la Cámara Baja para informar sobre el Consejo Europeo de los días 25 y 26 de junio, en la que explicó que sólo seis países de la zona euro, Alemania, Finlandia, Austria, Holanda, Estonia y Eslovaquia, tienen la obligación de someter el rescate a sus parlamentos nacionales.

“Aunque este trámite no es obligado, es mi intención traerlo al Parlamento para su debate y posición de la Cámara”, anunció el jefe del Ejecutivo ante el aplauso de la bancada popular, para apuntar que “son muchos los recursos que se reclama que garanticen los contribuyentes españoles”.

Rajoy, que insistió en que tiene “la mejor predisposición para que este asunto concluya de la mejor manera posible”, destacó que es “esencial” que se restaure "la confianza" entre el Gobierno griego de Syriza y el resto de socios de la zona euro.

"Hemos sentado las bases para un acuerdo sólido y duradero y le corresponde ahora al Gobierno griego recuperar la confianza", dijo para advertir seguidamente del tiempo perdido y pedir "un compromiso sólido con las reformas" de Atenas. "Es momento de que el Gobierno griego muestre sensatez y responsabilidad", emplazó al Ejecutivo de Alexis Tsipras.

Rajoy lamentó que todo lo acontecido en las últimas semanas, en las que el Consejo europeo se ha reunido cuatro veces, ha sido "una triste historia". Pero añadió que puede acabar "mejor" de lo que se hubiera podido "imaginar", porque "el euro es el mejor símbolo de un proyecto en marcha y saldrá fortalecido de esta prueba".

"CAMBIO RADICAL"

El presidente del Gobierno explicó la negociación con Grecia desde las elecciones de enero que ganó Syriza y advirtió de que su llegada al poder generó “un cambio radical” en la economía griega que crecía a un ritmo de casi el 3% y ahora tiene una previsión para este año de un Producto Interior Bruto (PIB) negativo de entre el 2 y 4%.

"En cinco meses, el tiempo entre finales de enero y junio, resulta difícil calificar la estrategia negociadora del Gobierno griego”, lamentó para poner en cuestión la convocatoria del referéndum convocado por Tsipras.

Rajoy lamentó, en este sentido, que lo “más difícil será evitar la frustración de una parte del pueblo griego que, inducido a rechazar unas propuestas hace poco más de una semana, ahora se ve obligado a aceptar otras más exigentes, porque la situación es mucho más grave”. “Será difícil, pero se puede superar”, apuntó.

El jefe del Ejecutivo avisó de que, tras la convocatoria del referéndum, "se ha deteriorado la situación de los bancos, víctimas de un ‘corralito’”.

Advirtió de que si los bancos griegos no hubieran “contado con el apoyo del BCE” y hubiera eliminado sus líneas de financiación “los bancos griegos hubieran quebrado” y los griegos hubieran perdido sus depósitos.

Sin embargo, se felicitó por haber “constatado un cambio radical de actitud” en el Gobierno griego “sin el que no hubiera sido posible negociar un nuevo rescate” cuyo monto, avisó, “se ha incrementado por el daño de estas semanas”.

Rajoy trasladó, a este respecto, a la Cámara que antes de que expirara el segundo rescate y del ‘corralito’ griego, Grecia necesitaba en torno a 50.000 millones de euros, pero lamentó que ahora la necesidad de ayuda a ha aumentado a entre 82.00 y 86.000 millones, además de los 200.000 millones que ya ha recibido.