Por ello, HRW instó al Gobierno de Paul Kagame a investigar "todos los incidentes de este tipo" y garantizar que los representantes de la oposición pueden desarrollar "sus actividades legítimas sin temor".

En la última semana, miembros de las Fuerzas Democráticas Unificadas de Ruanda-Inkingi (FDU-Inkingi) y el Partido Democrático Verde de Ruanda sufrieron graves incidentes de intimidación por parte de personas e instituciones cercanas al Gobierno y el FPR.

Según HRW, el Gobierno y el FPR, que domina el Ejecutivo desde finales de 1994, han acusado en varias ocasiones a partidarios de la oposición de participar en el genocidio de 1994, como una forma de desacreditarles.

"El Gobierno ruandés controla estrechamente el espacio político. Estos incidentes socavarán la democracia, al desalentar cualquier oposición significativa en las elecciones", señaló Georgette Gagnon, directora de HRW en África.

HRW cita el caso de la presidenta de FDU-Inkingi, Victorie Ingabire, que se ha enfrentado a "una intensa campaña de denigración pública" desde que regresó del exilio en Holanda el pasado mes de enero.

Según HRW, Ingabire ha sido declarada por "medios de comunicación oficiales como negacionista del genocidio, por declarar públicamente que los crímenes cometidos contra ciudadahos hutus por el FPR y el ejército de Ruanda deben ser investigados y los responsables, llevados ante la justicia".

"Esta escalada de ataques contra miembros del partido de la oposición no es un buen augurio para las elecciones. El Gobierno de Ruanda debe investigar inmediatamente estos hechos y llevar a los responsables ante la justicia", concluyó Gagnon.