Según un comunicado del Ministerio del Interior, investigadores de la Guardia Civil y de la National Crime Agency (NCA) británica aunaron esfuerzos para detener al presunto secuestrador y liberar a la supuesta víctima, que era la propia mujer de la pareja e hija de la familia extorsionada en Reino Unido.

El plan, maquinado minuciosamente por la pareja, consistía en que la mujer simulaba estar secuestrada por su marido y éste mandaba a los padres de ella una serie de correos electrónicos y SMS, en los que incluso amenazaba con acabar con la vida de la joven si no pagaban 5.000 libras esterlinas y ponían en libertad a la hija de la pareja, que se encontraba bajo la custodia de los abuelos maternos en Reino Unido debido a los violentos antecedentes policiales y judiciales que el falso secuestrador tiene en Gran Bretaña.

Tras estas amenazas y la exigencia de rescate, los agentes británicos determinaron que el lugar en el que podía encontrarse recluida la secuestrada era un chalet de Guardamar del Segura, por lo que se pusieron en contacto con la Guardia Civil.

A continuación se estableció un discreto dispositivo de vigilancia y al no haber movimiento alguno en la vivienda se decidió actuar, deteniendo al supuesto secuestrador y liberando a la falsa víctima, que también fue detenida. A la vista de las pruebas y de las contradicciones en las que incurrieron ambos, los agentes concluyeron que el secuestro había sido simulado.