En una entrevista concedida a Servimedia, Vilajoana señaló que el problema ha sido que, en los últimos dos años, el Gobierno ha hecho "sistemáticamente" previsiones "con tendencia al optimismo" que luego no se han correspondido con la realidad, lo que ha generado "inseguridad, incertidumbre y desconfianza".

Así, recordó que hace un mes el Gobierno planteó un déficit para las empresas del 9,5% y el viernes se constató que se situaba en el 11,4%.

Recordó que Zapatero anticipó que no llegaríamos a los cuatro millones de parados, y hace unas semanas la realidad ha superado esas previsiones. "Nos encontramos con que somos el único país del G-20 que sigue en recesión y que todos los colegas de la Unión Europea ya están saliendo y nosotros no salimos de la crisis", en contra de los augurios del Ejecutivo.

En su opinión, otro ejemplo del desconcierto que reina en el Gobierno lo protagonizó el ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, cuando en abril de 2009 arremetió contra el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, por pedir reformas sobre las pensiones, y, un año después, el Gobierno lanza una reforma de las pensiones "sin ningún consenso, sin ningún aviso" y sitúan la edad de la jubilación en los 67 años.

JUBILACIÓN A LOS 63

Vilajoana señaló que "no tiene sentido" esa ampliación de la edad de la jubilación en un país donde la media de los españoles se jubilan anticipadamente a los 63. "Acerquemos la jubilación a los 65, de entrada, y luego, si hace falta, ya llegaremos a los 67, pero siempre con consenso y en el marco del Pacto de Toledo", dijo.

"Hay demasiadas jubilaciones anticipadas y esto tiene un coste alto. Si alguien quiere anticipar, que lo pague la propia empresa", dijo Vilajoana, para quien "no se puede prejubilar a personas que tienen cincuenta y pico años".

En su opinión, la incertidumbre del Gobierno provoca el "gran batacazo" de la Bolsa, el "gran incremento del coste de la deuda" y la pérdida de confianza del Gobierno, que ha errado en la "comunicación", puesto que hay otros países que tienen más deuda que España, como por ejemplo Alemania, y no se encuentran en la misma situación.

EL GRAN BATACAZO

Por otra parte, señaló que cuando se utiliza a España para atacar el euro, como demuestra el "gran batacazo" que ha sufrido la Bolsa, el Gobierno no se puede quedar de brazos cruzados. "No atacan a Alemania, no atacan a otros países, sino que atacan a España, luego, alguna cosa habremos de hacer", dijo.

Vilajoana se refirió también al plan de austeridad aprobado por el Gobierno. Recordó que CiU ya le planteó en su momento la necesidad de reducir el gasto y la conveniencia de reducir el número de ministerios, lo que no fue recibido por el Ejecutivo. Sin embargo, recientemente un miembro de su propio partido le hizo una sugerencia en este sentido. "Todo esto genera incertidumbre en los ciudadanos, desconfianza en los mercados y una Unión Europea donde están diciendo que las cosas tienen que cambiar", dijo.

A su juicio, la actual situación de "urgencia" exige un Pacto de Estado para relanzar la economía y sacar a España de la crisis con soluciones "lo más consensuadas posibles a corto plazo", que no pasan por mociones de censura ni por cambios de Gobierno, sino por que éste "actúe" y "discuta soluciones" a un economía que empieza a ser "insostenible".

Vilajoana instó a Rodríguez Zapatero a "invitar" a todos las fuerzas políticas a participar en ese Pacto de Estado. "En estos momentos la prioridad no es ponerse a discutir si (el Gobierno) lo ha hecho bien o lo ha hecho mal, sino sencillamente tomar decisiones y sacar a este país de la situación en la que se encuentra", dijo este senador de CiU, quien recalcó que "no se trata de decir que sí a lo que él nos propone, sino de discutir las soluciones", que es lo que están reclamando los ciudadanos a los políticos.

CiU aboga, entre otras cosas, recordó Vilajoana, por una Ley de Morosidad, para ayudar a las empresas que no tienen liquidez porque las administraciones públicos no les pagan o lo hacen "tarde y mal", relanzar un Plan de Vivienda para dar salida a las casas que no se venden, así como por una reforma laboral que acabe con la "dualidad insostenible" que constituyen la convivencia de unos contratos "muy baratos" (los temporales) con otros "excesivamente caros".