Rajoy y Zapatero protagonizaron la primera sesión de control al Ejecutivo en el Congreso del año 2010 a cuenta de una pregunta del líder de la oposición sobre las propuestas para incrementar la edad de jubilación a los 67 años y el aumento del número de desempleados a 4 millones de personas.

El presidente del Gobierno achacó este dato a que España padece, al igual que otros países, "la crisis más grave desde hace 80 años" y acusó al Partido Popular de querer "ignorar" esta realidad para tratar de erosionar la gestión del PSOE.

Zapatero subrayó que "una buena parte de los países desarrollados acaban de dejar la recesión" y se mostró convencido de que, a la vista de los datos del PIB del cuarto trimestre de 2009, España también está "a punto de dejar la recesión".

De hecho, subrayó que el PIB sólo cayó una décima en el último periodo del año pasado, si bien interpretó que ese dato es "un cambio cualitativo" para que el principal partido de la oposición pueda atacar al Gobierno.

Rajoy recordó a Zapatero su afirmación al inicio de la legislatura de que las medidas económicas del Gobierno deberían juzgarse por los niveles de creación de empleo, lo que en estos momentos con 4 millones de parados prueba que "sus medidas no son ideóneas".

MAYOR PROTECCIÓN SOCIAL A LOS PARADOS

Zapatero negó la mayor y destacó que ha sido su Gobierno el que ha salido en ayuda de los desempleados con ayudas como la de los 420 euros, que le llevaron a afirmar que los parados tienen en estos momentos "el mayor nivel de protección social" de la democracia.

Añadió que el Ejecutivo está trabajando "para combatir la crisis con todos sus instrumentos" y para cambiar el modelo productivo de España con el fin de que sea "más innovador".

En ese empeño, reclamó ante el conjunto de los grupos parlamentarios el "esfuerzo de todos" y la colaboración de las comunidades autónomas y los ayuntamientos "para reducir el déficit". Incluso, apeló al "sentido de la responsabilidad" de Mariano Rajoy para que dé ejemplo "en su lenguaje político y en sus mensajes éconómicos".

Por su parte, Rajoy replicó que para el líder de la oposición "ser responsable es decir lo que está ocurriendo" en España, como que las medidas que adopta el Ejecutivo generan "más desconcierto" y "más desconfianza" en los mercados y entre los ciudadanos.

Criticó que ahora se anuncie un recorte del gasto público de 50.000 millones de euros hasta 2013 cuando los Presupuestos Generales aprobados en el mes de diciembre suponían un incremento "del 17 por ciento".

Así manifestó que los anuncios gubernamentales, como la reforma laboral o la modificación del sistema de pensiones, "generan alarmas" y por eso tiene que mandar a la vicepresidenta Elena Salgado a recuperar en Europa una confianza que ahora está "bajo mínimos".

Rajoy reclamó al presidente del Gobierno que diga la verdad "aquí y fuera" de España, a "hacer lo que se dice" sobre el recorte del gasto, "no cambiar de criterio cada media hora", "no improvisar" y poner en marcha un plan económico "serio y entendible".