Según señaló hoy el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, el vehículo eléctrico supone "una de las oportunidades más interesantes" para la industria europea, tanto desde el punto de vista industrial, como tecnológico, medioambiental y energético.

La Presidencia española considera que el liderazgo en esta cuestión debe llevarse a cabo desde las instituciones comunitarias y, con las conclusiones surgidas del debate con el resto de los Estados miembros, propuso a la Comisión Europea la adopción de una estrategia común para el vehículo eléctrico.

Una iniciativa común requerirá, entre otras cuestiones, de un estímulo de la demanda con medidas de reducción de costes y/o de fomento de su utilización. En este punto "es importante que la política común asegure que los distintos instrumentos no distorsionen las normas de competencia o el mercado interior. Se requiere por tanto una dirección común en los fondos para proyectos de desarrollo e investigación, que podrían articularse a través de programas de desarrollo europeos y nacionales o préstamos del Banco Europeo de Inversiones".

Además, será necesario que las autoridades políticas europeas contribuyan a "proporcionar confianza en el mercado y seguridad en las nuevas tecnologías".

Para ello, el marco legal "debe ser estable, cumplir con los requisitos de seguridad y salud y contar con instrumentos para su actualización y modernización rápida". Al tratarse de una nueva tecnología "requerirá un esfuerzo de normalización que garantice la homogeneidad de los productos para facilitar su uso y comercialización", añadió.