Rodríguez Zapatero salía de la reunión del Grupo Parlamentario Socialista al mismo tiempo que un grupo de niños del colegio Estilo, de Madrid, comenzaba un itinerario guiado por el Senado.

El presidente se apresuró a explicarles que en el Senado trabajan representantes de los ciudadanos -“a lo mejor alguno de vosotros estáis aquí algún día”, les dijo-, pero los pequeños estaban más interesados en contarle alguna cosa, como que uno de ellos vive muy cerca o que otro compañero “es de Cataluña, como tú”, comentarios ante los que Rodríguez Zapatero no ocultaba la sonrisa.

Les explicó que por la tarde debía volver de nuevo al Senado para responder preguntas de los senadores, y uno de los niños le preguntó si no le molesta que le hagan tantas fotos como los reporteros gráficos disparaban en ese momento. “Estoy acostumbrado, me hacen fotos siempre que aparezco en algún sitio, fotos, fotos y fotos… Forma parte de la tarea que tengo”, comentó.

Una de las pequeñas se abrió hueco hasta Rodríguez Zapatero. “Tus hijas van a mi tenis”, le dijo, mientras otro llamado Ángel discutía con otro compañero que le llamó “diablo” y sugirió que era “un poco como Rajoy”. El presidente cortó el debate y les aseguró a todos que encontrarse con ellos había sido “lo mejor que podía pasarme esta mañana”.