En su intervención en el evento informativo que organiza Nueva Economía Fórum, Monago defendió que se ha de respetar la voluntad de los ciudadanos en las urnas y “abandonar los pactos de perdedores”, que atribuyó a la “vieja política”, por lo que “todos los partidos, empezando por los nuevos, tienen que compartir ese principio, o de lo contrario se comportarán como la peor de las castas”.

A su modo de ver, “es necesario que se blinde por ley que gobierne la lista más votada”, algo que él no ha sacado adelante cuando lo ha llevado a la Asamblea de Extremadura, junto a la disminución de 65 a 45 diputados y a la reducción del 5% al 3% del umbral de votos necesario para obtener algún escaño en ella.

Monago hizo esta declaración como preámbulo del que fue el gran anuncio de su intervención: que, si es reelegido, lo primero que hará es convocar una consulta popular entre los extremeños para preguntarles su opinión sobre una reforma de la ley electoral autonómica que incluya esos tres principios.

La convocará, precisó, dentro de sus estrictas competencias, asumiendo que la consulta no puede ser vinculante porque los referendos son atribución del Estado, y manteniendo convenientemente informado al Gobierno central, aunque no tenga obligación de hacerlo. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, que asistió al Fórum Europa, se enteró allí mismo de la iniciativa, según reconoció el propio Monago.

En el coloquio, cuando se le preguntó si había informado ya al Ejecutivo central, Monago aprovechó para criticar humorísticamente a Podemos y Ciudadanos diciendo que en el PP no tenían obligación de mandar “las notas de prensa” a la Universidad Complutense o a Barcelona para que se las aprueben. “Nosotros, dentro de nuestro ámbito de competencias, actuamos”, reivindicó, añadiendo que los alcaldes extremeños del PP tampoco le llaman a él para pedirle autorización cuando hacen obras en sus municipios.

Preguntada a la salida del evento por la iniciativa, Sáenz de Santamaría corroboró que, mientras la consulta se realice en el ámbito de las competencias autonómicas, como había prometido Monago, el Gobierno central respetaría la voluntad de los extremeños.