Según la Universidad, el nuevo centro funcionará de acuerdo con “unos estrictos protocolos que garantizarán una gestión ética y conforme a las disposiciones legales vigentes, con objeto de salvaguardar la dignidad humana y los fines de la donación al servicio del conocimiento científico y de la vida”.

Entrará en funcionamiento el próximo curso, a fin de “apoyar la docencia, la investigación y la formación permanente para estudiantes y profesionales de Ciencias de la Salud (médicos, odontólogos, enfermeros, fisioterapeutas, etc.)”.

Entre sus funciones, figurarán la gestión de la aceptación de donaciones con todas las garantías, así como la recepción, el tratamiento, la conservación, el uso y la eliminación de restos.

La organización del centro constará de un consejo, una dirección y una subdirección, además de personal técnico especializado y personal administrativo de apoyo. Se ubicará en la Facultad de Medicina, tendrá presupuesto propio y deberá autofinanciarse.

Además, no dependerá de un departamento universitario, aunque su dirección será asumida por un profesor del Área de Anatomía y Embriología Humanas, nombrado por el rector.