En un llamamiento este miércoles a la comunidad internacional, Unicef reclamó estos fondos, imprescindibles a fin de atender a la infancia del país durante los tres primeros meses de emergencia.

Hay 2,8 millones de niños en los 35 distritos declarados zona de emergencia por el Gobierno nepalí, aunque de momento Unicef se centrará en los 1,7 millones que están en los 21 distritos más devastados. Sin agua potable, el riesgo de enfermedades se multiplica, con lo que es “urgente” suministrar agua limpia y saneamiento, advirtió.

También hay que resolver los problemas de alojamiento de miles de familias que actualmente viven en la calle al aire libre o en campamentos improvisados, apuntó Unicef, así como afrontar el reparto de víveres.

En la actualidad, Unicef distribuye pastillas potabilizadoras, kits de higiene y tiendas de campaña entre la población afectada, al tiempo que gestiona camiones cisterna para el reparto de agua.

Además, trabaja junto a otras agencias y organizaciones para localizar a niños que han quedado separados de sus familias, ayudarlos y prestarles apoyo psicológico.