“En la decisión de sacar el barco del puerto no se han tenido en cuenta criterios ambientales, únicamente económicos, lo que ha puesto en grave riesgo los valores naturales de los ecosistemas canarios”, afirmó José Luis García Varas, responsable del Programa Marino de WWF.

Además, la organización indicó que el naufragio se ha producido en una zona de alto valor ambiental, que WWF ha reclamado como prioritaria para su conservación, por lo que el hundimiento del buque podría poner en riesgo la riqueza natural de los fondos marinos del lugar del hundimiento, donde hay corales de profundidad y una de las poblaciones más importantes de delfín mular de la zona.

El buque se encuentra a 2.400 metros de profundidad, en una zona de fuertes corrientes en profundidad que harán muy difícil detectar posibles vertidos desde el barco y predecir su dirección.

Por ello, WWF pidió que se vigile la zona y se usen los modelos predictivos que permitan conocer el movimiento de un posible vertido en profundidad, y exigió al Ministerio de Fomento “completa transparencia” en la información que vaya facilitando.

“En Europa, se ha estado discutiendo durante muchos años la declaración de puertos de refugio para minimizar los daños en caso de accidente, pero no se ha tomado ninguna decisión al respecto”, apuntó García Varas, quien añadió que “durante tres días el barco ha estado ardiendo sin poder ser controlado el incendio, por lo que ha habido tiempo suficiente para localizar un lugar de refugio donde poder controlar la situación y evitar daños al medio ambiente marino”.