Universidad. Expertos dudan de que la mejora de la Universidad española dependa de los nuevos grados
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El sociólogo Juan Carlos Rodríguez afirmó este martes que “los países que ocupan puestos preeminentes en los ranking internacionales de universidades tienen estructuras muy diversas” en sus sistemas educativos. Así, en Estados Unidos predominan los grados de cuatro cursos, y en Europa hay grados de cinco y grados de tres cursos.
Rodríguez es coautor de la ponencia inaugural del Congreso Internacional sobre Reputación Universitaria que la Universidad de Navarra presentó hoy en Madrid.
Este encuentro tendrá lugar la semana que viene y en él se analizará la importancia de los rankings -y sus limitaciones- de cara a la construcción de un sistema universitario “más transparente”, en el que alumnos de todo el mundo puedan elegir mejor.
En opinión de Rodríguez, la implantación de grados de tres cursos que el Gobierno permitirá a partir de septiembre no tiene tanto que ver con una posible mejora de las universidades españolas en los ranking internacionales. En el mundo existe una gran diversidad de modelos, y la estructura del sistema de grados y doctorados no parece ser determinante, dijo.
La misma idea expresó el sociólogo y experto en universidades Víctor Pérez-Díaz, quien recalcó que no existe homogeneidad en este sentido y que por tanto nada se puede predecir. "Ya veremos” qué sucede en España con los nuevos grados, indicó.
Por otra parte, Rodríguez achacó los malos resultados de España (no hay ninguna universidad entre las 200 primeras del mundo) a cuestiones relacionadas con “el tamaño del país y la falta de productividad científica”.
"Nuestra productividad científica a veces es menor que la de otros países más pequeños", y no siempre la calidad se corresponde con los recursos invertidos, explicó Pérez-Díaz, que apuntó otra hipótesis: "Un déficit histórico en España de espacios de suficiente densidad intelectual".
Este tipo de comunidades y de ambiente sirven para crear vocaciones, atraer talento extranjero y permitir que talento nacional salga afuera, explicó, y si falta esta tradición cultural, “se puede generar un retraso en la producción científica de un país”.
A su juicio, “si no hay cultura vivida ni mecanismos institucionales (para, por ejemplo, seleccionar a buenos profesores), pongas el dinero que pongas, nunca va a funcionar”.
(SERVIMEDIA)
14 Abr 2015
AGQ/caa