Villanueva realizó estas declaraciones dos días antes de que los trabajadores de la planta de vehículos industriales ligeros inicien movilizaciones para exigir a la multinacional japonesa y a las administraciones públicas que garanticen el futuro de la fábrica, en la que actualmente trabajan unos 650 trabajadores. La primera de estas acciones se llevará a cabo el jueves, con una marcha desde la factoría hasta la Delegación Territorial de la Junta en la capital abulense.

El vicepresidente económico quiso tranquilizar a los empleados y admitió que “hace meses” que el Gobierno regional trabaja con Nissan, conversaciones que se han intensificado en los últimos 15 ó 20 días.

“La situación es problemática porque el mercado ha paralizado prácticamente las ventas y provocado un estancamiento de la producción”, comentó Villanueva, quien argumentó que el vehículo ligero industrial tiene “poco mercado en estos momentos o casi ninguno”, y por ello la Junta incorporó incentivos para activar la demanda de este tipo de vehículos.

El problema, advirtió el consejero, es que estas ayudas para la adquisición sólo están vigentes en Castilla y León, donde “no es significativo” el apoyo que pueda representar en la producción. En este sentido, reclamó al Ejecutivo central “sensibilidad” para incorporar dentro del Plan 2000E medidas que activen la compra de estos vehículos, “que les viene muy bien a las pequeñas y medianas empresas”.

Pero aunque insistió en transmitir tranquilidad, reconoció “dificultades” y destacó: "No quiero ocultar nada y en estos casos pido reserva, porque estamos trabajando intensamente con Nissan y llegaremos a alguna solución, pero también estamos trabajando con el Ministerio y el mercado es el mercado”, dijo.

Villanueva recordó que el Gobierno regional ha ofrecido a la firma nipona todo el “esfuerzo y medios para hacer competitiva la planta” y rechazó comparaciones a lo acontecido con Renault en Valladolid, del que aseguró que se trata de un problema “parecido” al que se dará “la misma solución”.