El informe mantiene que el turiso tradicional está en crisis como consecuencia del deterioro de las concidiones ambientales del entorno y el incremento de la sensibilidad ambiental de los turistas.

Ante esa situación, los flujos turísticos buscan nuevas posibilidades de oferta, optando un sector por las zonas interiores que contienen algunos de los valores que caracterizan al mundo rural.

Además, los autores del estudio creen que ese tipo de ofertas cuentan con el apoyo de las administraciones públicas y la Política Agraria Comnitaria (PAC), que intentan dinamizar así algunas zonas agrarias deprimidas y acosadas por el descenso de población.

Entre los beneficios que aporta el turismo rural, el estudio destaca la integración entre los habitantes de las ciudades y los del campo, la reducción de los niveles de emigración, la recuperación de los productos artesanos y agrícolas y la mejora del entorno ambiental para conseguir convertirlo en una fuente más de ingresos.

RIESGOS

Sin embargo, advierte de los peligros que entrña y cita la reducción de la cubierta vegetal, la destrucción de cultivos, la desaparición de las capas fértiles superiores del suelo, la incidencia sobre la fauna, el incremento potencial del riesgo de incendios, la generación de aguas residuales y vertidos de basura y el incremento de la contaminación acústica.

Aedenat reconoce la importancia del turismo para nuestro país, ya que supone un 9 por ciento del producto interior bruto y genera alrededor de un millón y medio de puestos de trabajo, pero adierte del riesgo que supone el aumento de la presencia humana en las áreas naturales del interior peninsular.

Por ello, proponen mejorar la oferta en las zonas costeras a través de la limpieza de playas, la reducción de la masificación, la depuración de todas las aguas residuales que son vertidas al mar, la no urbanización del litroal, el control del crecimiento urbano de los municipios y el aumento de la concienciación ambiental de las administraciones.

Respecto al turismo rural, el informe afima que no debe suponer nunca la sobreexplotación del medio natural, por lo que aconseja limitar la entrada a estos espacios, controlar el uso de bicicletas de monataña, motos y 4x4, el cierre de pistas forestales, caminos rurales y vías pecuarias y el establecimiento de sendas.

Finalmente, aconseja la adopción de fórmulas legales en los municipios implicados para evitar la especulación urbanística y la construcción de edificaciones que deterioren el entorno.