Esa propuesta fue el asunto central en la reunión del Comité Federal, reunido a puerta cerrada tras una primera intervención del presidente abierta a los medios de comunicación, en la que defendió el “razonable” aumento de la edad de jubilación, reiteró que son ideas para buscar el acuerdo, y subrayó que el debate parte de quien más ha preservado las prestaciones sociales en la historia reciente de España.

La tónica general en todas las intervenciones fue el respaldo al Gobierno sobre la base de que el aumento de la esperanza de vida y la evolución de la demografía en España obligan a emprender reformas para garantizar la viabilidad del sistema a medio y largo plazo.

La resolución política propuesta por la Comisión Ejecutiva, en la que se defendía expresamente esa propuesta, fue aprobada con sólo dos abstenciones de los dos representantes de la corriente interna Izquierda Socialista, Juan Antonio Barrio de Penagos y José Antonio Pérez Tapia, que tomaron, además, la palabra en el debate a puerta cerrada.

Barrio de Penagos alertó de que la ampliación generalizada de la edad de jubilación puede ser complicada de entender para los sindicatos y puede restar confianza de los ciudadanos en el Gobierno, y concluyó abiertamente que no comparte esa propuesta a pesar de sentirse parte del proyecto del PSOE.

A la hora de negociar esa propuesta pidió “flexibilidad” al Gobierno, y en esa misma línea Pérez Tapia se mostró partidario de madurar bien la propuesta y someterla al consenso de los agentes sociales.

En ese punto, el ex dirigente sindical Manuel Fernández “Lito” se mostró convencido de que puede haber acuerdo con los sindicatos sobre esa propuesta, pero cuestionó la oportunidad de plantear esa reforma al mismo tiempo en que se ponen otras sobre la mesa, como la del mercado laboral.

Rodríguez Zapatero le respondió después expresamente al recordarle que un año atrás le reconoció que sobraban un millón de puestos de trabajo en el sector de la construcción y por eso ahora es necesario tomar medidas. “El Gobierno tiene que hacer lo que tiene que hacer y lo tiene que hacer ahora”, aseguró el presidente, que añadió que no tiene “miedo al debate”.

Fueron varios los dirigentes socialistas que subrayaron ese envejecimiento de la población, entre ellos el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, ministro de Trabajo cuando se creó el Pacto de Toledo y para quien el problema real es la estructura demográfica de España.

Griñán subrayó que el debate sobre esa reforma viene de muchos años atrás, y ahora no está determinado por la crisis económica sino por la constatación de esa evolución demográfica.

En esa evolución demográfica incidió también el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, para quien “la vieja Europa” va siendo cada vez más “una Europa vieja”, y el secretario general de los socialistas gallegos, Pachi Vázquez, que subrayó el envejecimiento de la población en su comunidad autónoma.

El presidente escuchó también advertencias sobre la necesidad de diferenciar entre tipos de trabajo y circunstancias personales a la hora de incrementar la edad de jubilación, algo que subrayó entre otros el presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda.

El secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, apuntó en este sentido que no puede tratarse igual a un encofrador que a un profesor, y en nombre de los socialistas asturianos, Javier Fernández se mostró partidario de aclarar a los ciudadanos que nadie tendrá que estar subido en un andamio hasta los 67 años, antes de que sean otros quienes plasmen esa necesidad.

El presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces, alertó además al Gobierno de la necesidad de escuchar y respetar la opinión de los agentes sociales. “No podemos causar fracturas con nuestros mejores aliados”, advirtió.

En su respuesta, el presidente agradeció el respaldo y se mostró convencido de que a este Comité Federal el PSOE acudió con el rumbo marcado, y al siguiente llegará “con datos” que reflejen el inicio de la recuperación.