Entre estas recomendaciones están la apertura de investigaciones sobre los abusos contra los derechos humanos cometidos por las fuerzas de seguridad, el rechazo de leyes de amnistía para los responsables de los delitos, la formación de los jueces en legislación de derechos humanos y el establecimiento de un programa de protección de testigos.

Investigadores de Amnistía Internacional visitaron dos veces Honduras y recogieron decenas de testimonios que afirmaban que los abusos contra los derechos humanos crecieron en espiral tras el golpe de Estado.

En su informe, Amnistía resume 20 casos de abusos, como homicidios a manos de la policía, detenciones arbitrarias, palizas y malos tratos bajo custodia, abusos sexuales contra mujeres y niñas, y hostigamiento a periodistas, jueces y activistas, de los cuales no se ha hecho rendir cuentas a nadie ni se han abierto apenas investigaciones.

Amnistía recordó que las fuerzas de seguridad golpearon y detuvieron a cientos de personas contrarias al golpe de Estado durante las protestas desatadas en los meses siguientes, y más de una decena de personas murieron durante los disturbios.

"Si el presidente Lobo quiere restablecer el Estado de derecho y la confianza en su Gobierno, debe garantizar que se ocupará rápidamente y de manera efectiva de los abusos de los últimos siete meses", manifestó Kerrie Howard, directora adjunta del Programa Regional para América, de Amnistía Internacional.

Lobo tomó posesión como presidente de Honduras el pasado miércoles, después de ser elegido en noviembre de 2009, tras una crisis política que en junio había dado lugar al derrocamiento del presidente "de facto", Manuel Zelaya, por parte de un grupo de políticos conservadores respaldados por militares y liderado por Roberto Micheletti, ex presidente del Congreso.