“Estamos ante un nuevo disparate, una especie de subasta de la cual las comunidades autónomas no tenemos ni idea”, añadió en una rueda de prensa con motivo de una reunión que mantuvo hoy con el presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces.

Tras recalcar el “respeto y comprensión a la autonomía municipal”, y manifestar que confía en que los primeros ediles de los consistorios que ya se han postulado para albergar el ATC “cuenten con más información sobre el proyecto que de la que dispone la Junta de Castilla y León”, Herrera aseguró que la Junta “no puede aceptar ni rechazar algo que desconoce”.

El presidente autonómico puso fuera de toda duda la seguridad que puede rodear unas instalaciones de ese tipo, y señaló que “el Gobierno ha abierto un debate sobre si la energía nuclear tiene cabida y futuro dentro del modelo energético español, pero hablar ahora de la posibilidad de instalar el ATC en Castilla y León es mentar la soga en casa del ahorcado".

Esto, a su juicio, se produce "después de que una decisión caprichosa del presidente del Gobierno culminara con el cierre prematuro de la central de Santa María de Garoña, diez años antes de lo recomendado por el Consejo de Seguridad Nuclear”.

En su opinión, la central suponía el mantenimiento, al menos durante esos diez años, de 1.400 puestos de trabajo directos e indirectos, y por tanto una actividad muy importante para esa zona de la comunidad.