La portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), Ana Casals, explicó este viernes, en declaraciones a Servimedia, que durante el fin de semana habrá mucho viento en prácticamente todas las zonas, sobre todo en el litoral cantábrico, los Pirineos y el tercio oriental peninsular, y “mucho mar” en las costas del Cantábrico, donde las olas serán de hasta siete metros, y en las del Mar de Alborán, con olas de unos cinco metros.

La Península Ibérica y Baleares estarán el fin de semana bajo la influencia de una extensa borrasca centrada al oeste de Noruega, que traerá un intenso flujo del norte sobre la península. Esta situación producirá el sábado precipitaciones en gran parte de la península y Baleares, menos probables en el litoral mediterráneo, y el domingo en el tercio norte peninsular y Baleares, con viento fuerte del norte o del noroeste en gran parte del país.

También se registrará un notable descenso de las temperaturas, con heladas generalizadas en el interior peninsular, y una caída de la cota de nieve, que se situará entre los 100 y los 600 metros en la cornisa cantábrica durante el domingo y entre los 600 y los 900 metros en el resto del norte y centro de la península.

Además, Casals apuntó que el sábado lloverá en prácticamente todo el país, con menos probabilidad en el litoral mediterráneo. En cuanto a Canarias, tendrá cielos nubosos en el norte, con posibilidad de lluvias débiles en las islas de mayor relieve, y poco nubosos en el sur.

PRÓXIMA SEMANA

Esta situación de inestabilidad se mantendrá entre el lunes y el miércoles de la próxima semana, con nevadas en cotas bajas en el norte y noroeste de la península, si bien también son probables en otros puntos del interior peninsular. Además, el viento seguirá soplando con fuerza del norte o noroeste en la cornisa cantábrica y el área mediterránea, y del noreste en Canarias.

A partir del próximo jueves se esperan precipitaciones en el Cantábrico, que serán probables también en Galicia, Alto Ebro, Pirineos occidentales y Baleares, de nuevo en forma de nieve en cotas bajas del norte peninsular. Las temperaturas tenderán entonces a descender y se intensificarán las heladas generalizadas en el interior de la península.