CCOO dijo que, si ya las pruebas de 2013 fueron “esperpénticas” y dejaron fuera a artistas que habían sido contratados por el propio Ayuntamiento, ahora tiene menos sentido, cuando "ni siquiera existe constancia del número de multas impuestas a artistas callejeros”.

Rodríguez criticó que el Consistorio quiera también obligar a los músicos a cambiar de zona cada dos horas. "¿Tendrán qué sacar los músicos su ticket correspondiente?”, ironizó. "¿Externalizaremos el servicio y se lo daremos a una gran constructora para su vigilancia y control? Si es así, el mundo de la cultura pasará a ser el octavo contrato integral del Ayuntamiento de Madrid”.

Para la dirigente de CCOO, "resulta cuanto menos sospechoso que en tiempo electoral el Ayuntamiento decida adelantar esta oposición, que demuestra la falta de sensibilidad por parte del Gobierno municipal hacia el arte y la cultura”.

Rodríguez ensalzó la música callejera como "un oasis en esta degradada ciudad devorada por el hedor, la suciedad, privatizaciones y recortes”, y lamentó que “desde el poder municipal se quiere confundir ruido con música y artistas con mendigos para hacer de la ciudad un lugar controlado en vez de un lugar de encuentro y ocio".