Rajoy hizo esta confesión durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que compareció para hacer balance político y económico de 2014.

De forma muy escueta, Rajoy dijo que "sí" quiere volver a ser el candidato del PP para las elecciones generales, pese a la caída que su partido experimenta en las encuestas y que en algunos círculos populares ha generado dudas sobre su liderazgo.

Asimismo, el presidente del Gobierno dio a entender que las elecciones generales se celebrarán en noviembre, justo cuando se cumplan cuatro años de su victoria por mayoría absoluta en 2011.

Adujo que no se ha planteado retrasar los comicios a enero de 2016 pero apuntó "con absoluta franqueza" que "no parece oportuno" hacerlo.

Indicó a su vez que tampoco merece la pena adelantar las elecciones ni tiene "ninguna intención" de hacerlo porque "es muy importante que haya estabilidad política" en el país y porque así hay tiempo para dedicarse "a algunas cosas" como las reformas económicas esgrimidas en su exposición de balance.

Rajoy manifestó que "conviene respetar" los plazos legales que establece la Constitución para convocar las elecciones generales, las cuales sólo suelen adelantarse cuando "un gobierno no tiene mayoría" o cuando surge una razón "de tipo técnico".