Así se desprende del análisis sociodemográfico de la clase política catalana que ha llevado a cabo Convivencia Cívica Catalana, al que ha tenido acceso Servimedia, y para el que se han examinado los datos de los 13.456 cargos políticos catalanes tanto de ayuntamientos y Parlamento autonómico como de diputaciones y altos cargos del Ejecutivo catalán.

“Es sabido que existe una notable sobrerrepresentación de catalanohablantes en la política de Cataluña y de forma paralela una infrarrepresentación muy pronunciada de políticos castellanohablantes con relación al conjunto de la población”, explica esta entidad, que asegura que “sólo uno de cada cinco políticos en Cataluña (un 21.67%) es castellanohablante”.

Concretamente, la organización que preside Francisco Caja subraya que “el 77.9% de políticos en Cataluña son catalanohablantes”, cifra muy superior a la de ciudadanos catalanohablantes, que, según Convivencia Cívica, es del 36,4%.

En este sentido, la entidad interpreta que “una divergencia lingüística de esta magnitud entre representantes y representados resulta llamativa en una democracia” y añade que esta desigualdad “explicaría la brecha existente en el ámbito de las políticas identitarias y lingüísticas entre la sociedad y la clase política de Cataluña”.

Asimismo, este estudio descubre otros aspectos de la vida de los políticos catalanes, como que más del 70% de los cargos son hombres, que casi un 20% de los representantes políticos no dispone de estudios superiores y que dos de cada tres políticos catalanes no han trabajado nunca en una empresa privada.