De este porcentaje, el 18,1 por ciento (algo más de nueve millones de hectáreas) presenta una intensidad de erosión alta y es, según el documento, un objetivo preferente.

Para controlar la erosión en estos ueve millones de hectáreas, el Ministerio de Agricultura ha diseñado un Plan Nacional de Restauración Hidrológico-Forestal, cuyo principal objetivo es la recuperación de suelos para su explotación a medio y largo plazo.

Este plan incluye tres acciones concretas. La primera sería reconstruir la cubierta vegetal de dos millones de hectáreas. La segunda, realizar seis millones de metros cúbicos de obras de hidrotecnia. Y, para luchar contra el deterioro de la superficie, también se propugna mantener el selo agrícola en 1,3 millones de hectáreas.

Junto a este plan, los responsables del ministerio han planteado otro, el Plan de Fomento Forestal, dirigido prioritariamente a apoyar al sector forestal privado.

La superficie forestal privada es la más importante, ya que representa el 70 por ciento de la superficie forestal total del país (22,8 millones de hectáreas).

Además, la superficie forestal arbolada privada también es mayoritaria respecto al total de bosques (13,8 hectáreas), ya que suponeel 65,3 por ciento, es decir, nueve millones de hectáreas, de los que 0,6 millones corresponden a entidades locales.

Para que los bosques españoles no se sigan degradando, el Plan de Fomento Forestal pretende la reconstrucción de la cubierta vegetal en montes desarbolados y tierras agrícolas de vocación forestal.

El ministerio también plantea una utilización racional de los bosques con el fin de obtener el máximo rendimiento de ellos, pero de tal forma que sea compatible con su persistencia y conervación. Igualmente, el plan pretende la plena integración cultural, económica y social de los montes con la población del entorno.